10 de marzo de 2014

Cuatro de la mañana y yo estaría queriendo explicarte un poco de todo lo que nunca me sale decirte. Tal vez sea por el miedo a fallar, una vez más. No seamos moralistas, siempre es más fácil hablar desde el extremo fatalista, sobre las cosas que están mal; que pretendemos cambiar.Sin embargo, hoy estoy del otro lado. Desde hace tiempo el tiempo no es tiempo en mi vida. Los minutos no se cuentan por segundos, ni los momentos en cantidad de horas. Aprendí a entender la intensidad. Sos la casualidad más causal desde hace tiempo, desde el primer momento supiste encenderme, tambalear y despertar mi mente. Sabes cuánto me gusta escucharte. Creo y quiero perderme en vos, en tus adentros, en pensamiento e ideas. Quitarte los miedos, elevarte al sentir. Devolverte un poco de lo que vos me das a mí, que quites la barrera que no te deja fluir. Incluso yo, que me cuesta cómo a vos. Porque apuesto; barajo las cartas y apuesto que entre los dos podemos avanzar, dejar llevar.
No te frenes, los vestigios del pasado son peso pesado y sola no puedo. Quererte, tenerte así, me vale más que el miedo que siento de dejarme elevar.
Verte sonreír y brillar!
Aunque el problema sea en mis adentros, creo en vos, en tu mente y en tu alma. Se está bien con vos, mejor que conmigo.
Quisiera prometerte lo mejor, solo en el momento que lo permitas. Sólo en el momento que te abras a sentir y te dejes llevar, así como también lo intento yo.
Todo lo que cuesta tiene recompensa, sabes? Yo quiero darte el bien, yo me arriesgo, vos lo haces?
Liberate al azar.
Te quiero y es tan lindo quererte.

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